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Mostrando entradas de mayo, 2010

LOS MÉTODOS NECESARIOS (Juan Calzadilla)

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las costumbres han hecho de mí un hombre abominable impaciente, aguardo todo el día como un funcionario privado del sueño a quien se le obliga a permanecer amarrado eternamente a su silla el empresario ha cubierto el cielo con un paraguas ha hecho [del mundo un lugar apto para un crimen ha reducido increíblemente [a los hombres al tamaño de una bala más valdría hacer algo, te digo dispararlos, remover los escombros para buscar una salida [olvidar todo propósito inconcebible y construir la felicidad a cualquier [precio y del modo más inmediato con tablas de toda ley de todo [naufragio de toda ferocidad para tener sobre qué morir el día venidero y adaptar esa muerte a un fin necesario hecho a su propia [medida reducir la dicha a términos humanos como mueble que entra por casa de pobre y crearla en nombre de todos por todos los medios que estén a la vista por los medios lícitos e ilícitos por medio del bien y por medio del mal utilizando todos los métodos, los métodos pacíficos y los [mét

JOSÉ ANTONIO RAMOS SUCRE

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ENTONCES Sueño que sopla una violenta ráfaga de invierno sobre tus cabellos descubiertos, oh niña, que transitas por la nevada urbe monstruosa, a donde todavía joven espero llegar, para verte pasar. Te reconoceré al punto, no me sorprenderán tu alma atormentada y exquisita, tu cuerpo endeble ni tu azul mirada; he presentido tus manos delicadas y exangües, he adivinado tu voz que canta y tu gentil andar. El día de nuestro encuentro será igual a cualquiera de tu vida: te veré buscando paso entre la muchedumbre de transeúntes y carruajes que llena con su tumulto la calle y con su ruido el aire frío. La calle ha de ser larga, acabará donde se junten lejanas neblinas; la formará una doble hilera de casas sin ningún intervalo para viva arboleda; la harán más tediosa enorme edificios que niegan a la vista el acceso al cielo. Lejos de la ciudad nórdica estarán para entonces los pájaros que la alegraban con su canto y olvidado estará el sol; para que reine la luz artificial con su lívido brill