MÁRMOL EN POLVO (Alfonso Gumucio Dagron)
La plaga comenzó y terminó en el Palacio Temporal. Fue el día aquel de los fuegos artificiales, cuando el Sargento Martínez, Jefe de Cocina, bajó a la cava de vinos para buscar una botella de Nuit St. Georges 1943. Andaba bastante falto de equilibrio luego de haber descorchado y probado las catorce botellas precedentes, de manera que en el pasillo del sótano oscuro iba rebotando entre las paredes de mármol. Fue entonces que, al apoyar una mano a tientas, sintió que el muro se hundía esponjoso cual si se hubiera reblandecido tanto como él a causa del vino. Al día siguiente los empleados comentaron la huella de una palma de mano impresa en el mármol con todos los detalles, incluyendo la línea de la vida quebrada mucho antes de tomar la curva de la longevidad. El Sargento Martínez no recordaba nada y el incidente pasó al olvido hasta que se reprodujo un mes más tarde y luego casi cotidianamente, a plena luz del día y sin que mediaran botellas de vino. Los pilares de mármol en el prime